domingo, octubre 13, 2024

La Evolución de la Conciencia, Infancia y Juventud: Un Viaje Hacia el Futuro

Hoy quiero reflexionar sobre un concepto que ha fascinado tanto a filósofos como a científicos durante siglos: la **evolución**. Pero no me refiero a la evolución biológica, sino a un fenómeno aún más profundo y misterioso: la evolución de la conciencia.

El pensador Pierre Teilhard de Chardin nos invitó a ver la historia del universo como un proceso continuo de creciente complejidad y conciencia. Según su visión, la culminación de este proceso es la emergencia de la humanidad, y, en particular, el desarrollo de la conciencia individual. Cada niño y niña que nace es, en esta perspectiva, una nueva chispa de esa conciencia universal, y son ellos quienes darán forma al futuro de nuestra especie.

Esta idea nos lleva a una conclusión poderosa: si creemos en una evolución constante hacia una mayor conciencia, tenemos una responsabilidad moral y política ineludible. Debemos cultivar y nutrir esa chispa en cada persona. Esto implica proporcionar a nuestros niños, niñas y jóvenes las herramientas, oportunidades y espacios necesarios para que desarrollen todo su potencial.

No se trata solo de invertir en educación de calidad, sino también de crear entornos seguros y saludables que fomenten la creatividad, la empatía y el pensamiento crítico. Al hacerlo, no solo ayudamos a individuos a alcanzar su máximo potencial, sino que también estamos contribuyendo a la evolución de la conciencia colectiva de nuestra humanidad.

Sin embargo, esta evolución no está garantizada. Janet Jackson decía hace unos años parafraseando al escritor H.G. Wells que "estamos en una carrera entre la educación y la catástrofe". Su advertencia resuena con fuerza en nuestro presente. Los desafíos globales, como el cambio climático, la guerra, y las desigualdades sociales, nos recuerdan la urgencia de educar a las nuevas generaciones para que sean ciudadanos responsables y capaces de enfrentar estos problemas.

A pesar de vivir en un mundo cada vez más interconectado, la aceleración del ritmo de vida, las presiones sociales y la fragmentación de las comunidades tradicionales han generado un sentimiento de desconexión individual. Aunque las redes sociales pretenden conectarnos, muchas veces nos alienan de nuestro potencial, nos aíslan, creando comparaciones irreales y exacerbando la sensación de inadecuación. En este contexto, algunos jóvenes caen en conductas autodestructivas, como las autolesiones o el suicidio, en un intento de escapar de un sufrimiento insoportable.

Si queremos que la evolución de la conciencia siga avanzando, debemos abordar estos desafíos. Necesitamos una educación que no solo transmita conocimientos, sino que también promueva la empatía, la resiliencia y el bienestar mental. Debemos crear espacios donde los jóvenes puedan expresar sus emociones de manera segura, desarrollar habilidades sociales y encontrar un sentido de pertenencia.

La evolución de la conciencia es un proceso continuo, lleno de desafíos pero también de oportunidades para el crecimiento y la transformación. Al comprender las raíces de los problemas que enfrentan nuestros jóvenes y trabajar en construir comunidades más solidarias y resilientes, podemos ayudarlos a encontrar su lugar en el mundo y desarrollar todo su potencial.

Líneas de Acción para un Futuro Mejor

Para promover este desarrollo de la conciencia y el bienestar de nuestros niños, niñas y jóvenes, propongo algunas líneas de acción:

Prevención y Promoción:

- Programas de desarrollo socioemocional: Implementar en escuelas y comunidades programas que enseñen habilidades como la gestión emocional, la empatía y la resolución de conflictos.

- Comunidades virtuales seguras: Crear plataformas online donde los jóvenes puedan interactuar de forma positiva, compartir experiencias y encontrar apoyo.

- Fomento de actividades extracurriculares: Ofrecer una amplia gama de actividades deportivas, artísticas y culturales para fomentar la participación y el desarrollo integral.

- Campañas de sensibilización: Difundir campañas sobre salud mental, los riesgos de las autolesiones y el suicidio, y los recursos disponibles.

Intervención:

- Líneas de ayuda confidenciales: Establecer servicios de asistencia emocional y psicológica accesibles para jóvenes.

- Redes de apoyo comunitario: Crear redes que incluyan a familias, escuelas, profesionales de la salud y organizaciones juveniles.

- Formación de docentes y profesionales: Capacitar a quienes trabajan con jóvenes para identificar señales de malestar emocional y actuar de manera oportuna.

Investigación y Evaluación:

- Estudios epidemiológicos usando big-data: Realizar investigaciones periódicas para conocer la magnitud de estos problemas en la juventud.

- Evaluación de programas: Evaluar la efectividad de las intervenciones para mejorar continuamente.

Colaboración Intersectorial:

- Coordinación con otros ministerios: Colaborar entre los ministerios de Educación, Salud y otros sectores relevantes para desarrollar políticas públicas integrales.

- Alianzas con ONG: Trabajar con organizaciones civiles y juveniles para fortalecer las acciones.

- Participación juvenil: Involucrar a los jóvenes en el diseño de políticas públicas que los afectan, escuchando y valorando sus voces.

La visión de Teilhard de Chardin, junto con la advertencia de H.G. Wells, nos invita a ver cada niño y niña como un tesoro invaluable, una pieza clave en la cadena de la evolución de la conciencia. Al invertir en su desarrollo, estamos invirtiendo en el futuro de la humanidad.

domingo, octubre 06, 2024

2024-09: Retiro los Negrales

El anhelo es lo más valioso y es la condición para seguir este camino, es su fuerza interior y es el motor que nos impulsa a ello. Pero es importante no pretender plasmar este anhelo en representaciones concretas, sino limitarse a contemplarlo. Si escuchamos hacia el interior y permanecemos ahí, el anhelo se hace más presente, más sustentador. Lleva directamente a la presencia de Dios. Es posible fijar la atención en él sin propósito ulterior alguno. El anhelo y el presente están aquí, sin representaciones ni expectativas concretas. De cómo se harán realidad, de qué manera seguirá el camino y qué saldrá de él es algo que dejamos en manos de Dios, descansamos en esta unión con él y con eso nos basta. Esto es entrega, servicio y adoración. Es anhelo y consumación a la vez

Franz Jalics


Lunes

Si alguien piensa, al valorarse así mismo, que ama Dios y que hace muchas cosas por ese amor, pero que no ama suficientemente a sus semejantes o así mismo, tendrá que reconocer que su amor a Dios no es tan auténtico como creía. Y ello porque las tres relaciones discurren de forma totalmente paralela, son reflejos una de la otra, de modo que en cada una de ellas pueden reconocerse las otras dos.

Este principio tiene una validez muy concreta y universal: podemos examinar siempre nuestra relación con Dios a través de nuestras relaciones humanas.

De modo que, si queremos amar a Dios, hemos de construir un mundo armónico en el que todo anuncie su grandeza: un mundo de amor y de armonía que lo alabe con su belleza, alegría y concordia.

Franz Jalics


Martes

Jesús salió al encuentro del joven rico y lo confrontó con el vacío, con la pérdida de su proyecto de vida, con la renuncia a sus puntos de apoyo en este mundo. Le aconsejó que vendiera todo y se lo diera los pobres. El joven comprendió que esto ya no era tan fácil de incluir en su proyecto de vida. Sintió que ello requería un cambio radical en su pensamiento y que la vivencia del vacío le llevaría hacia perspectivas nuevas,desconocidas. Seguramente no percibió, o insuficientemente, que Jesús le ofrecía la posibilidad de realizarse de una manera que no puede lograrse más que mediante la renuncia, y que consistía en vivir en su presencia y dejarse llevar por él de la muerte a la resurrección, de la pobreza a la riqueza interior, de la nada a la plenitud.

Sólo cuando nos hayamos despojado de todo lo que no es esencial, puede manifestarse lo que sí es. Sólo aquel que se ha visto confrontado con el vacío puede vivir la vida terrena en su auténtica realidad

Franz Jalics


Miércoles

Al exponerse a la experiencia del desierto, el buscador se enfrenta con lo tenebroso y traba lucha con los poderes de las tinieblas. Para mantenernos en contemplación debemos permitir y tolerar el sufrimiento, lo que se padece así con la vista fija en Dios, es redimido. Del núcleo sano nos vendrá al encuentro tanta luz y tanta fuerza que hallaremos coraje para seguir adelante. La redención, en el sentido del Evangelio, significa que Jesucristo ha atravesado con su padecimiento la gran zona oscura de toda la humanidad. Él nos invita a acompañarlo. Nos lleva a través de nuestros aspectos sombríos. Bastará que estemos dispuestos a cargar con nuestra cruz y padecer este sufrimiento.

Franz Jalics


Jueves

El miedo puede hacer que nos volvamos duros. La presión provocada por el afán de rendimiento siempre endurece. El amor, la dulzura y la misericordia disuelven la dureza. En la meditación es el escuchar lo que disuelve la dureza. El que escucha y está por completo sumido en el acto de recibir lo que viene de la realidad, de lo que está ante él, se vuelve suave, suelto, distendido. Es lo contrario del afán por lograr cosas. Por eso siempre digo no os concentréis en vosotros, escuchad.

La escasa disposición para sufrir endurece a la persona. El miedo a que nos hieran nos vuelve duros como piedras. El temor de que durante la meditación surja algo que no se desea sufrir suele vencerse con dureza. Aquel que sencillamente se presenta ante Dios en toda su pobreza y carga la cruz de Cristo con disposición interior se vuelve dulce y benigno.

Franz Jalics

Viernes

El Evangelio dice que el Reino de los cielos está dentro de nosotros. Es decir, que Dios está en y con nosotros. Somos una misma cosa con Dios, pero todavía no lo sabemos. Tampoco podemos imaginarnos este ser uno con Dios, pero sabemos que cuando nos encontramos con nosotros mismos, nos acercamos a Él. Los místicos hablan de que nunca podemos ver a Dios, pero que, en el fondo de nuestras almas, sabemos que somos hijos de Dios. Por eso dirigimos nuestra atención al yo. Si contemplamos el yo sin pensamientos de ningún tipo llegamos poco a poco a nuestro verdadero Ser. Ya no hay preguntas, respuestas, dudas ni pensamientos en este plano. Aquí es donde puede manifestarse la presencia de Dios.

La unidad con Dios ha quedado intacta en lo más hondo de nuestra alma, en nuestra oculta fuente, en nuestro centro vacío. Hemos recibido esa llama diminuta en la creación. Hacia allí, o por lo menos en esa dirección, tenemos que mirar, y ello hasta que experimentemos la unidad, hasta que nuestro pequeño yo soy quede absorbido en el Yo Soy.

Franz Jalics

viernes, septiembre 20, 2024

2024-09-20: que todo en tu vida esté en armonía con la armonía que surge de tu espíritu

Cuando San Juan de la Cruz dijo: “Dios es el centro de mi alma”, es porque en ese centro experimentamos el silencio, la total quietud y la paz que va más allá de toda comprensión... En la meditación buscamos entrar en ello de una forma profundamente sencilla… Es a través de un camino de des-aprender. Es un camino de des-poseimiento. Es un camino de sencillez. Des-aprendemos y nos des-poseemos renunciando a nuestras palabras, pensamientos y manteniéndonos en el mantra. Es esto lo que nos lleva a la profundidad.

Algo que debes comprender es que no debemos hacer un poquito de meditación. Si quieres meditar, debes poner a la meditación en un lugar central en tu vida y debes asegurarte de que todo en tu vida esté en armonía con la armonía que surge de tu espíritu… Debes ser una persona sencilla, y vivir de la unidad de tu vida, pues la sencillez es unidad.

John Main
Momento de Cristo

viernes, julio 12, 2024

2024-06-20: Dios dentro de nosotras desprovisto de toda forma: el inconcebible, el omnipresente

Todo nos apunta [...] al Cristo omnipresente, que vive y actúa en todo tiempo y lugar. Poco a poco descubrimos el reino de Dios dentro de nosotros. Jesucristo no sólo sigue siendo alguien frente a mí. Se vuelve también más y más el inconcebible y al mismo tiempo el omnipresente, el que vive entre nosotros y que nos está más próximo que nosotros mismos. Paulatinamente se desarrolla hacia él una inmediatez que ya no conoce forma ni figura.

Con el pasar del tiempo llegamos a percibir la presencia de Jesucristo en nuestra conciencia. Aprendemos a contemplar nuestro presente y en él su Presencia, desprovista de toda forma. Aprendemos a contemplar nuestra realidad y en ella la realidad misma, la realidad, desprovista de forma, de aquel que todo lo abarca, en el que todo fue creado.

Esta transformación no podemos llevarla a cabo nosotros mismos. Es un don, pero podemos mantenernos alertas.

F. Jalics, Ejercicios de contemplación, Pág. 265, Ediciones Sígueme

2024-06-27: Diálogo con un ejercitante (2)

Ejercitante: Durante la meditación me siento como si estuviera sentado frente a una puerta cerrada. No puedo avanzar, pues la puerta está cerrada. Me empantano, como si se clavara el paso en el suelo. [...]

ME: Para encontrarte con Dios no es necesario que pases por la puerta. Él está delante de la puerta. Está aquí. ¿No confundes tus ansias de Dios con tu deseo por lograr algo? Quieres lograr pasar por la puerta. Todo está delante de la puerta. Todo está aquí [...]

Quieres alcanzar a Dios. El anhelo de Dios es otra cosa. Se puede sentir de vez en cuando, pero es muy quieto y distendido. Generalmente no se siente, sino que se reconoce por sus efectos. Por ejemplo, si tienes dificultades con la meditación y, pese a ello, puede seguir practicándola, sabes que te impulsa el anhelo de Dios, o si puedes soportar la meditación diaria después de los ejercicios es que está actuando tu anhelo de Dios. Otros, en cambio, se proponen muchas cosas pero no lo cumplen pues su anhelo todavía es débil. El ansia de Dios no es un sentimiento, y con frecuencia debe pasar por un periodo en que no se reconoce. Es preciso que pasemos del plano en que nos apoyamos en los sentimientos al plano del ser. Esto sólo puede darse si nos son quitados los sentimientos y, no obstante seguimos actuando por la fuerza de dicho anhelo. En esto se diferencian las expectativas del anhelo de Dios. Este último no se adhiere a los efectos, mientras que las expectativas sí están atadas a los resultados.

Te repito: no tienes que pasar por la puerta. Es una expectativa que nace de tu deseo por lograr algo. Deseas lograr que la puerta se abra. El anhelo de Dios te brinda fuerzas para quedarte delante de la puerta, pero no te urge a que sigas adelante. El anhelo sabe que Dios está aquí; es más, Dios se encuentra en él. Detente a contemplarlo y verás que lo encontrarás todo.

Franz Jalics, Ejercicios de contemplación, Págs 223 -224

viernes, junio 14, 2024

2024-06-13: Diálogo con un ejercitante

La oración contemplativa exige un compromiso total y una entrega intensa. No solo exige que dirijas tu atención hacia las manos sino que desplaces todo tu interés desde el mundo exterior hacia adentro. "El reino de Dios está en vosotros” dice el Evangelio. Es necesario desprenderse de lo cotidiano, de sus preocupaciones y del mundo mismo para que podamos orientar nuestro interés completamente hacia adentro.

Mientras dura la meditación hay que renunciar por completo al mundo y orientarse hacia adentro, con todo nuestro corazón, todo nuestro interés y todo nuestro propósito. Tu atención está allí donde está tu corazón. Si no logras este viraje, advertirás que tu atención se te escapa. Puedes hacerla retornar mil veces. Pero mientras no hayas renunciado al mundo y tu corazón siga apegado a algo no lograrás permanecer en la meditación.

Por el reino de Dios hay que desligarse de todo, aunque sólo sea por media hora. Aunque sea por media hora resulta necesario un viraje radical desde el mundo hacia Dios. Entonces podrás permanecer en el presente.

Franz Jalics, Ejercicios de Contemplación, Pág. 280

viernes, mayo 31, 2024

2024-05-30: Diálogo con un ejercitante

Humberto: Ayer comprendí de pronto todo lo que exijo de los demás y qué egocéntrico soy. Se me hizo la luz sobre esto, al darme cuenta de mi actitud hacia Dios. Estoy impresionado al ver como giro alrededor de mí mismo. Aún si doy la impresión de estar con Dios y las personas por ellos mismos, con frecuencia lo estoy por propio interés.

ME: Es un descubrimiento importante

Humberto: Sí me afectó mucho. No se trató de descubrimientos aislados, sino que me parece haber percibido la raíz común de mis actitudes egocéntricas. Quedé consternado

ME: Hm (Pausa)

Humberto: ¿Y ahora qué hago con esto?

ME: Nada.

Humberto: ¿Cómo que nada?

ME: Es importante que aprendas a no querer volver a hacer algo con lo que has descubierto.

Humberto: ¿Todo queda como estaba?

ME: Exactamente. Todo deberá quedar como estaba. Trata de soportar tu descubrimiento y de dejarlo como está. De cualquier modo, aunque efectivamente hayas visto la raíz de tu proceder, no puedes modificarlo por principio. Podrás disimular algunos comportamientos, pero así no avanzarás mucho. La raíz permanece. Es mucho más profundo. Pero a profundidad aún mayor que esta raíz tienes un amor increíblemente altruista y una fuerza enorme. Debes permitir que actúe este fondo primigenio que yace en lo hondo de tu ser. Disolverá tu egoísmo como el sol disuelve la niebla matinal

Humberto: ¿Y cómo lo lograré?

ME: Conviviendo con tu egocentrismo, padeciéndolo y fijando al mismo tiempo la atención en el presente, en tu centro más profundo. Todo lo demás se da solo. Si permaneces en el presente llegarás a lo más hondo de ti mismo, allí donde ya no hay egocentrismo.

Humberto: ¿Ese es el camino?

ME: Sí, ese es el camino.

Franz Jalics Ejercicios de contemplación, Pág. 228

lunes, mayo 27, 2024

2024-05-23: Co-artífices y co-creadores del futuro con Jesús.

Jesús nos desafía a participar en la Obra creadora de Dios como hizo él.

El mejor modo de concebir la gracia o el don gratuito de Dios es verla como el privilegio de poder participar (en ella). Pero primero tenemos que ser libres y humildes para hacerlo. Hemos de reconocer que nosotros mismos somos productos de la Obra creadora de Dios, criatura entre otras criaturas. Somos artesanía de Dios, una parte pequeña pero única de la gran Obra de Arte que Dios modela continuamente. Pero también se nos invita a participar en el proceso haciéndonos co-artifices y co-creadores del futuro.

Lo hacemos si permitimos que Dios trabaje en y a través de nosotros. Cuando somos radicalmente libres o estamos en camino hacia la libertad radical, la energía divina puede fluir a través de nosotros sin impedimentos. Esta energía divina, que es también denominada Espíritu Santo es infinitamente poderosa, creadora y sanadora. Vemos que actúa en los profetas, en los místicos en los santos, pero sobre todo en Jesús. El Espíritu Santo es el Espíritu de Jesús.

En Jesús percibimos una ilimitada confianza en sí mismo que no era una exhibición de su ego, sino una manifestación de su radical libertad. Su confianza absoluta en Dios hizo posible que la energía divina y creadora del universo realizara extraordinarios milagros de sanación en las personas que lo rodeaban.

La Obra de Dios, como la Sabiduría de Dios, es revolucionaria. Pone al mundo del revés. Nosotros participamos uniendo nuestras voces a las numerosas voces proféticas que hablan audazmente en nuestro tiempo. Son innumerables las personas de todo el mundo que están realizando la Obra creadora de Dios. El desafío que afrontamos es unirnos a ellas, si no lo hemos hecho ya.

El camino de Jesús es una senda que nos conducirá a la libertad: la libertad radical que nos permite participar en la gran Obra de Arte de Dios de manera libre espontánea y creativa…y todos juntos.

Como especie, no hemos hecho más que empezar a evolucionar. Tenemos todavía un largo camino que recorrer. Pero ello no debería hacernos caer en la tentación de abandonar todo sentido de urgencia. Hay que dar de comer a los hambrientos ya. Hay que eliminar sin dilación la pobreza y la enfermedad. Hay que detener ahora mismo las emisiones de gases con efecto invernadero.

A veces parece que la Obra creadora de Dios es muy lenta. Quizás sea porque no siempre apreciamos la inmensidad de aquello en lo que estamos implicados. No obstante, precisamente porque es la Obra creadora de Dios, el futuro es seguro. Hay esperanza para el universo y para cada uno de nosotros como individuos. Cuando yo muera, mi ego, mi falso yo, será destruido de una vez para siempre, pero mi verdadero yo continuará para siempre en Dios, el Yo del universo .

Albert Nolon, Jesús hoy. Una espiritualidad de libertad radical