domingo, marzo 16, 2025

Legislación para la La Evolución de la Conciencia

Hace poco escribí una entrada en mi blog sobre la importancia de considerar la evolución de la conciencia al desarrollar políticas de juventud e infancia. Esta semana, me he sentido interpelado por el "Informe del comité de personas expertas para el desarrollo de un entorno digital seguro para la juventud e infancia". Este informe ha coincidido (tras un importante trabajo) , en aproximadamente un tercio de sus 107 medidas propuestas, con el "Anteproyecto de Ley Orgánica para la protección de las personas menores de edad en los entornos digitales".

Aún no he leído el informe en profundidad—este artículo también sirve para refrescarme la memoria más adelante—pero sospecho que se inspira, más que simplemente transponer, en el Reglamento (UE) 2022/2065 del Parlamento Europeo y del Consejo, relativo a un mercado único de servicios digitales y por el que se modifica la Directiva 2000/31/CE (Reglamento de Servicios Digitales).

En esencia, estamos asistiendo a la transposición de evidencias recogidas en varios informes de expertos. Como decía el psicólogo social Kurt Lewin: “There is nothing so practical as a good theory” (Nada hay tan práctico como una buena teoría). Esta afirmación cuestiona la idea de que las teorías y conceptos sean menos útiles que los hallazgos empíricos. Un buen ejemplo es la evolución del marco conceptual del proyecto EU Kids Online, cuyas investigaciones han dado lugar a CO:RE. Se ha observado que, más allá de la relevancia de su encuesta paneuropea de 2010 a 25.000 niños, lo que ha tenido mayor impacto ha sido su clasificación de riesgos en línea en tres categorías: contenido, contacto, conducta y contrato.

Los "4Cs" fueron desarrollados para responder preguntas fundamentales como: “¿De qué riesgos en línea estamos hablando?” y “¿Por qué deberían actuar los legisladores?”. Esta clasificación permitió desglosar riesgos específicos, sus causas y consecuencias, ampliando la agenda pública más allá de los temas dominantes en su momento, como la pornografía, el acoso en línea y el grooming. Estos siguen siendo importantes, pero hay muchos otros riesgos a considerar.

Uwe Hasebrink, líder de CO:RE, ha señalado que este modelo conceptual se mantiene en constante revisión mediante un ciclo de:

  • Reflexión teórica,

  • Observación empírica,

  • Prueba de estas observaciones,

  • Consideración de implicaciones para la política y la práctica,

  • Retorno a la teoría para ajustar el modelo.

Es oportuno actualizar esta clasificación dada la variabilidad en su aplicación, la aparición de nuevos riesgos digitales y el creciente conocimiento sobre cómo los niños experimentan el daño en línea. Por ello, CO:RE ha lanzado recientemente una nueva clasificación de riesgos en un informe dentro de su serie CO:RE Short Reports on Key Topics.

Pero lo más interesante es que, en el fondo, el núcleo duro de esta discusión nos lleva a un concepto emergente: los neuroderechos. Un concepto clave en el trabajo del español Rafael Yuste, quien lo desarrolla en su libro El cerebro, el teatro del mundo

Esta idea conecta directamente con la cuestión planteada en mi anterior entrada: ¿cómo garantizar un entorno donde se proteja el derecho a la libertad neurológica? Más allá de una perspectiva política o ética, esta protección es esencial no solo para la felicidad individual, sino también para el interés colectivo. Solo mediante este enfoque será posible avanzar hacia sociedades más inclusivas y con mayores niveles de bienestar.

En definitiva, estamos en un momento crucial donde la regulación digital no solo busca mitigar riesgos, sino que también sienta las bases para proteger lo más íntimo de nuestra existencia: nuestra propia conciencia que a la postre es la conciencia de la humanidad.

martes, enero 28, 2025

2025-01-23: La genuina soledad no consiste en no estar con otros, sino en no medirnos con ellos

El yo superficial vive de comparaciones; necesita la confrontación con los otros y con ciertas imágenes mentales para sentirse ser, para conocer su lugar y su valor. La genuina soledad no consiste en no estar con otros, sino en no medirnos con ellos. Radica en que en nuestra mente no surja la comparación ni la confrontación. Ni siquiera la referencia a nuestra verdad ha de entenderse como una confrontación. Ser lo que somos no puede ser fruto de habernos medido con relación a algo. Este abandono de la tensión dual, del cotejo, de la medida, es la esencia de la verdadera soledad.

Mónica Cavallé

2025-01-16: Contacto con la Fuente de la Vida

Todas las grandes tradiciones espirituales saben que en la profunda quietud el espíritu humano llega a ser consciente de su propia fuente. Este contacto con la Fuente de la Vida es vital para nosotros porque, sin él, apenas podremos imaginar el potencial que encierra nuestra vida. Nuestro potencial es crecer, madurar y alcanzar la plenitud de la vida, la plenitud del amor, la plenitud de la sabiduría. Alcanzar nuestro potencial es de vital importancia para cada uno de nosotros. Es decir, cada uno de nosotros tiene que comprender el misterio de su propio ser, el misterio de la vida.

… Debemos preparar el espacio interior para que nuestro espíritu pueda expandirse. En la tradición de la meditación encontramos este espacio en el que se expande el espíritu en el silencio. La meditación es el camino del silencio, un compromiso con el silencio que va creciendo en cada parte de nuestra vida. Es en este silencio donde encontramos la humildad, la compasión y la comprensión necesarias para la expansión del espíritu.

Jhon Main, Simplicidad pág.25

viernes, diciembre 27, 2024

Una vida auténtica que anhela un mundo mejor

La existencia humana está atravesada por una tensión constante: el deseo de plenitud y la confrontación con la falta. Este dinamismo, explorado desde diferentes perspectivas por pensadores como Ernst Bloch, Jacques Lacan y Martin Heidegger, revela la profundidad del anhelo humano por un mundo mejor y la autenticidad en el vivir. En este artículo, reflexionaremos sobre conceptos como el Noch-Nicht-Sein de Bloch, el objet petit A de Lacan y las categorías de la angustia (Angst), la caída (Verfallen) y la inautenticidad (Uneigentlichkeit) en Heidegger, para iluminar nuestra búsqueda de autenticidad y transformación.

La falta como motor del ser

El Noch-Nicht-Sein de Bloch, o "No-Todavía-Ser", describe el potencial latente en la realidad, aquello que aún no es pero puede llegar a ser. Es una categoría ontológica que proyecta al ser hacia el futuro, evocando la esperanza de un mundo transformado. Bloch concibe la falta no como carencia, sino como apertura a la novedad y la utopía. Por su parte, Lacan nos introduce al objet petit A, el objeto causa del deseo. Este no es un objeto que existió en el pasado y ahora se añora, sino una estructura que organiza el deseo en el presente. Es la falta constitutiva del sujeto, aquello que lo impulsa pero que nunca puede alcanzarse plenamente, ya que su naturaleza misma es la ausencia.

Aunque Bloch y Lacan difieren en su orientación temporal—Bloch mira hacia un futuro esperanzador, mientras Lacan analiza una estructura permanente en el presente—, ambos coinciden en que la falta es esencial para el movimiento del ser. En Bloch, impulsa la esperanza; en Lacan, perpetúa el deseo. La falta, entonces, no paraliza, sino que dinamiza, convirtiéndose en una fuerza transformadora.

La erótica del objet petit A

El objet petit A no solo organiza el deseo, sino que también contiene una dimensión erótica que moviliza al sujeto hacia lo inalcanzable. La erótica del objet petit A se manifiesta en la tensión entre el anhelo y la imposibilidad, entre el placer que se anticipa y la certeza de que este nunca será pleno. En esta dialéctica reside su potencia: al no ser un objeto tangible ni consumible, el objet petit A mantiene viva la llama del deseo, invitando al sujeto a reinventar constantemente su relación con la falta.

Esta erótica no es meramente individual; también posee una dimensión colectiva. En la cultura, la política y las relaciones humanas, la búsqueda de lo inalcanzable puede convertirse en un motor de creatividad, transformación y construcción de sentido. Así, el objet petit A trasciende el ámbito del deseo individual para convertirse en una fuerza que modela el horizonte de lo posible.

Angustia y esperanza: un diálogo entre Heidegger y Bloch

Heidegger, al explorar la angustia (Angst), nos confronta con la experiencia de la nada y la finitud. En este estado, el mundo pierde su familiaridad, revelando la posibilidad de nuestra no-existencia. Esta angustia, aunque perturbadora, puede también interpretarse como una invitación a reconocer el Noch-Nicht-Sein: la posibilidad de un futuro distinto y abierto. En ambos casos, el presente no es suficiente; la falta se manifiesta como un abismo que exige ser superado.

En última instancia, Heidegger interpreta la angustia como la consecuencia de no haber asumido esa autenticidad que nos lleva al deseo de eso desconocido, el objet petit A, que bien podría ser algo cercano al Noch-Nicht-Sein de Bloch. Bloch nos dirige hacia la esperanza como fuerza colectiva que conecta con este concepto. Como diría Eduardo Galeano: “Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá,” subrayando que el impulso hacia la transformación es tan importante como el destino mismo.

La caída y la búsqueda del objeto perdido

En Heidegger, la caída (Verfallen) describe nuestra tendencia a perdernos en la cotidianidad y alejarnos de nuestra auténtica posibilidad de ser. Esta caída puede interpretarse como un reflejo de la dinámica del objet petit A: nos sumergimos en distracciones y satisfacciones superficiales, ignorando que la plenitud que ansiamos siempre estará más allá de nuestro alcance. Asimismo, la caída nos advierte del riesgo de que el Noch-Nicht-Sein se diluya en la inmediatez, renunciando al compromiso con un futuro transformador.

Autenticidad y transformación social

La inautenticidad (Uneigentlichkeit) de Heidegger se manifiesta cuando nos dejamos llevar por las normas sociales y nos alienamos de nuestra propia existencia. Este modo de ser se conecta con la alienación que Lacan atribuye al orden simbólico, donde reprimimos nuestro deseo auténtico en favor de expectativas externas. Del mismo modo, el Noch-Nicht-Sein puede frustrarse si renunciamos a la esperanza y caemos en la conformidad.

Vivir auténticamente, entonces, no es solo una tarea individual, sino un acto de compromiso con la transformación social. La utopía de Bloch no es un sueño lejano, sino una posibilidad concreta que exige acción colectiva y un cuestionamiento constante del status quo. Hacia una vida auténtica

El diálogo entre Bloch, Lacan y Heidegger nos invita a reflexionar sobre la condición humana desde una perspectiva integral. El Noch-Nicht-Sein nos proyecta hacia un futuro mejor, mientras el objet petit A y la angustia nos recuerdan nuestras limitaciones. En la autenticidad, encontramos el coraje para habitar esta tensión, enfrentando nuestra falta y abrazando la esperanza.

Esta dinámica encuentra una representación simbólica poderosa en el cuadro "La libertad guiando al pueblo" de Eugène Delacroix. La figura central, la libertad, avanza con el torso desnudo, erigiéndose como un emblema del objet petit A, esa falta que impulsa el deseo colectivo de emancipación. Al mismo tiempo, su presencia apunta al Noch-Nicht-Sein de la Revolución de 1789, una utopía que aún busca realizarse plenamente. Este cuadro nos recuerda que la búsqueda de una vida auténtica exige enfrentar nuestra incompletitud sin caer en la inautenticidad y la parálisis del angst. En su lugar, nos invita a abrazar el movimiento hacia un horizonte siempre nuevo, donde la libertad y la esperanza nos guíen hacia un mundo mejor.

lunes, diciembre 23, 2024

2024-12-19: Poema de San Juan de la Cruz sobre Navidad

[…]
Entonces llamó a un arcángel
que San Gabriel se decía,
y enviólo a una doncella
que se llamaba María,
de cuyo consentimiento
el misterio se hacía;
en la cual la Trinidad
de carne al Verbo vestía;
y aunque tres hacen la obra,
en el uno se hacía;
y quedó el Verbo encarnado
en el vientre de María.
Y el que tenia sólo Padre,
ya también Madre tenía,
aunque no como cualquiera
que de varón concebía,
que de las entrañas de ella
él su carne recibía;
por lo cual Hijo de Dios
y del hombre se decía.

DEL NACIMIENTO
Ya que era llegado el tiempo
en que de nacer había,
así como desposado
de su tálamo salía
abrazado con su esposa,
que en sus brazos la traía,
al cual la graciosa Madre
en un pesebre ponía,
entre unos animales
que a la sazón allí había.
Los hombres decían cantares,
los ángeles melodía,
festejando el desposorio
que entre tales dos había.
Pero Dios en el pesebre
allí lloraba y gemía,
que eran joyas que la esposa
al desposorio traía.
Y la Madre estaba en pasmo
de que tal trueque veía:
el llanto del hombre en Dios,
y en el hombre la alegría,
lo cual del uno y del otro
tan ajeno ser solía.

viernes, diciembre 20, 2024

Mana en tiempos aciagos

En la vida, todos enfrentamos momentos difíciles, situaciones que nos ponen a prueba y que pueden hacernos sentir que perdemos nuestra fuerza interior. En esos "tiempos aciagos", como los llamaremos en este artículo, es crucial aferrarnos a nuestro mana, esa energía vital que nos impulsa y nos permite superar la adversidad.

Acercamiento a la idea de Mana

El mana es un concepto que proviene de la Polinesia y se refiere a una fuerza sobrenatural impersonal que impregna el universo. No es algo tangible, sino que se percibe a través de sus efectos. Podemos imaginarlo como una energía que dota a las personas, objetos y lugares de poder, eficacia y prestigio.

Un guerrero valiente y victorioso, un amuleto que protege del mal, un lugar sagrado que inspira paz... todos ellos son ejemplos de la manifestación del mana. Este no es estático, sino que puede aumentar o disminuir a lo largo de la vida, a través de nuestras acciones, experiencias y relaciones.

El mana y otras culturas

Aunque el término "mana" proviene de la Polinesia, la idea de una fuerza vital impersonal que otorga poder y eficacia se encuentra en diversas culturas alrededor del mundo. En China, por ejemplo, el Qi (气) es una energía vital que fluye a través de todas las cosas, influyendo en la salud, la fortuna y el destino de las personas. En la India, el prana es la energía vital que anima a los seres vivos y se cultiva a través de prácticas como el yoga y la meditación. Incluso el concepto de karma, que se refiere a la ley de causa y efecto, puede relacionarse con el mana, ya que nuestras acciones, ya sean positivas o negativas, pueden influir en nuestra energía vital y en nuestro destino.

Estas conexiones nos muestran que la idea de una fuerza vital que nos conecta con el universo es universal. Y aunque cada cultura la conceptualiza de manera diferente, todas coinciden en que cultivar esta fuerza es esencial para el bienestar y el éxito personal.

El Maná y el éxito personal

El mana está estrechamente ligado al éxito personal. Cuando tenemos un buen nivel de mana, nos sentimos con energía, confianza y determinación para alcanzar nuestras metas. Nos volvemos más resilientes, creativos y capaces de superar los obstáculos.

En tiempos aciagos, el mana se convierte en un salvavidas. Nos ayuda a mantener la esperanza, a encontrar soluciones y a seguir adelante a pesar de las dificultades.

El Maná y la moralidad

El mana no se trata solo de poder personal, sino también de integridad y responsabilidad. En muchas culturas, se cree que las personas que actúan de forma ética y en beneficio de la comunidad tienen un mayor mana. Por el contrario, quienes abusan de su poder o actúan de forma egoísta pueden perderlo.

El Maná y la salud física

El mana también está relacionado con la salud física. Se le considera una fuerza vital que fortalece el cuerpo, aumenta la resistencia a las enfermedades y promueve la longevidad. Cuando nuestro mana está en equilibrio, nos sentimos con vitalidad y energía.

El Maná y el perdón

El perdón es un elemento clave para mantener un buen nivel de mana, especialmente en tiempos difíciles. Cuando nos aferramos al resentimiento y la amargura, bloqueamos el flujo de energía positiva. Perdonar a quienes nos han herido, incluyendo a nosotros mismos, nos libera de esa carga y nos permite recuperar nuestro poder personal.

Ho'oponopono es una antigua práctica hawaiana de reconciliación y perdón. Se basa en la idea de que somos responsables de todo lo que ocurre en nuestra realidad, incluso aquello que parece estar fuera de nuestro control. Al tomar responsabilidad y limpiar nuestras memorias y pensamientos negativos, podemos mejorar nuestras vidas y nuestro entorno.

La filosofía del Ho'oponopono se centra en cuatro frases simples:

Lo siento: Reconoce tu responsabilidad en la situación.
Perdóname: Pide perdón por cualquier error que hayas cometido.
Gracias: Expresa gratitud por la oportunidad de aprender y crecer.
Te amo: Envía amor incondicional a ti mismo y a los demás.

Cultivando tu Maná

Existen diversas formas de cultivar nuestro mana:

Cuidar nuestra salud física y mental: A través de la alimentación saludable, el ejercicio físico, la meditación y el descanso adecuado.

Conectar con la naturaleza: Pasar tiempo al aire libre, en contacto con la naturaleza, nos ayuda a recargar nuestra energía vital.

Practicar la gratitud: Agradecer por las cosas buenas en nuestra vida nos ayuda a mantener una actitud positiva y a atraer más mana.

Ayudar a los demás: El servicio a la comunidad y la generosidad hacia los demás son formas poderosas de aumentar nuestro mana.

Perdonar: Liberarnos del resentimiento y la amargura nos permite recuperar nuestra energía y enfocarnos en el presente.
Reconectar con nuestro propósito: Recordar nuestras motivaciones profundas y el sentido de nuestra vida nos ayuda a mantener la pasión y el entusiasmo.

En tiempos aciagos, tenemos recordar que el mana está dentro de nosotros. Cultiva tu fuerza interior, mantén una actitud positiva y confía en esa nergía que guía el Universo, ella también nos guiará a nosotros.

sábado, diciembre 14, 2024

2024-12-12: Ya es Navidad

La Navidad es una fiesta muy importante para los que somos cristianos. Celebramos el nacimiento de Jesús de Nazaret, que se convirtió en Cristo.

Los relatos del nacimiento nos anuncian un mensaje para hoy, aquí y ahora. Es un saber religioso antiquísimo que tenemos que interpretar para nuestra época. Se trata de nosotros mismos en la Navidad. Celebramos nuestra propia fiesta de nacimiento...

El ser humano debe caer en la cuenta de su origen divino. Celebramos a Jesucristo como nuestro centro, y como origen y centro del universo. Él es lo más íntimo del universo. Se despliega como universo. Jesucristo es la cara visible de Dios, igual que cada uno de nosotros es manifestación visible de Dios. Dios ha nacido en Jesucristo como universo entero y en él también nosotros hemos nacido de Dios.



Willigis Jäger

miércoles, noviembre 27, 2024

Angustia vital, agorafobia y filosofía: versión final

La juventud actual enfrenta una profunda crisis existencial. Ansiedad, alienación y agorafobia no son meramente señales de fragilidad, sino síntomas de una transformación mayor: la evolución de la consciencia humana.

Teilhard de Chardin describe este proceso como un impulso hacia el punto Omega, un estado de unidad y plenitud. Ernest Bloch lo complementa con su idea del Noch-Nicht-Bewußte (lo todavía no consciente), ese motor humano que nos empuja hacia lo "mejor". Sin embargo, este avance también implica dolor. Nuestra subjetividad, al volverse más sensible, percibe con mayor intensidad la alienación que Marx describe en sus Manuscritos de 1844: una desconexión entre el individuo y su mundo que parece opuesto a nuestra búsqueda de realización y autenticidad.

Heidegger, por su parte, conceptualiza esta angustia en el angst, una ansiedad existencial ante la imposibilidad de habitar el mundo auténticamente. Esto puede llevar a la caída, donde el individuo se diluye en el das Man (el "se dice", el "se hace"), perdiendo su singularidad en la masa. En este contexto, la interacción con las multitudes puede generar fenómenos como la agorafobia, una manifestación del sufrimiento de no sentirse ni comprendido ni reconocido.

Rupert Sheldrake propone que los campos mórficos, estructuras que coordinan comportamientos colectivos como los de enjambres o bancos de peces, también influyen en la sociedad humana. En momentos de crisis, estos campos pueden priorizar la supervivencia en detrimento de la individualidad, generando un deterioro colectivo de la conciencia. Quienes han evolucionado hacia niveles más altos de sensibilidad se sienten "desintonizados" con este ambiente, incluso con su propio cuerpo.

Sartre encapsula esta tensión en su célebre frase: "El infierno son los otros". La presión de la masa, la mirada del otro, pueden convertirse en una tortura para quien busca autenticidad. Pero esto no debe interpretarse como un callejón sin salida.

Teilhard y Bloch nos invitan a confiar en la evolución y a asumirse como parte de una vanguardia de la conciencia, exploradores de un nuevo territorio. Este sufrimiento no es un fin en sí mismo, sino el precio por abrir camino hacia un futuro más auténtico. El desafío está en construir conexiones genuinas y elevar el campo mórfico colectivo para resonar con una conciencia evolucionada, quizás una Conciencia que nos está llamando más allá (o más acá) de este mundo.

PS: Si quieres ver el proceso de redacción de esto mira la entrada anterior