viernes, mayo 31, 2024
2024-05-30: Diálogo con un ejercitante
Humberto: Ayer comprendí de pronto todo lo que exijo de los demás y qué egocéntrico soy. Se me hizo la luz sobre esto, al darme cuenta de mi actitud hacia Dios. Estoy impresionado al ver como giro alrededor de mí mismo. Aún si doy la impresión de estar con Dios y las personas por ellos mismos, con frecuencia lo estoy por propio interés.
ME: Es un descubrimiento importante
Humberto: Sí me afectó mucho. No se trató de descubrimientos aislados, sino que me parece haber percibido la raíz común de mis actitudes egocéntricas. Quedé consternado
ME: Hm (Pausa)
Humberto: ¿Y ahora qué hago con esto?
ME: Nada.
Humberto: ¿Cómo que nada?
ME: Es importante que aprendas a no querer volver a hacer algo con lo que has descubierto.
Humberto: ¿Todo queda como estaba?
ME: Exactamente. Todo deberá quedar como estaba. Trata de soportar tu descubrimiento y de dejarlo como está. De cualquier modo, aunque efectivamente hayas visto la raíz de tu proceder, no puedes modificarlo por principio. Podrás disimular algunos comportamientos, pero así no avanzarás mucho. La raíz permanece. Es mucho más profundo. Pero a profundidad aún mayor que esta raíz tienes un amor increíblemente altruista y una fuerza enorme. Debes permitir que actúe este fondo primigenio que yace en lo hondo de tu ser. Disolverá tu egoísmo como el sol disuelve la niebla matinal
Humberto: ¿Y cómo lo lograré?
ME: Conviviendo con tu egocentrismo, padeciéndolo y fijando al mismo tiempo la atención en el presente, en tu centro más profundo. Todo lo demás se da solo. Si permaneces en el presente llegarás a lo más hondo de ti mismo, allí donde ya no hay egocentrismo.
Humberto: ¿Ese es el camino?
ME: Sí, ese es el camino.
Franz Jalics Ejercicios de contemplación, Pág. 228
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