Es curioso la capacidad del espíritu humano para ennoblecer conceptos o situaciones que antes no lo eran, dignificando así las negatividades de la vida para conducirlas hacia niveles más positivos y fructiferos.
Me comentan que en un reciente curso de crecimiento personal, al finalizar alguien comentó que había sido "como Gran Hermano" por el grado de compenetración y entendimiento entre los integrantes del grupo.
Entiendo que tradicionalmente el término "Gran Hermano" ha sido peyorativo, teniendo connotaciones negativas al utilizarse para hacer referencia a cierto control social de corte fascista que se podía dar en algunas situaciones.
De hecho el concurso televisivo "Gran Hermano" debe su nombre a la continua presencia de cámaras de TV en los espacios donde se desarrolla la vida de los concursantes, y su nombre se inspira en la figura homónima que controla a toda la población de la distopía descrita por Orwell en su novela 1984.
Es curioso pues, esta trasformación del significado, y que lo que antes hacía referencia a malos presagios de un tenebroso futuro carente de libertad, ahora se utilice -retomando la literalidad de sus términos- para describir una relación estrecha y casi filial entre los integrantes de un grupo: como si de grandes y excelentes hermanos se tratara.
Y todo esto, además, a pesar de la dudosa calidad y gusto del mencionado programa.
miércoles, julio 11, 2007
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