domingo, mayo 19, 2024

2025-05-02: Meditación y Oración

Nosotros no creamos el milagro de la vida y del crecimiento, pero sí somos responsables de su evolución. Alcanzar la paz mental y la paz del corazón -el silencio, la quietud y la simplicidad- no requiere de la voluntad de un gran realizador, sino de la incondicional, sostenida y fiel atención de un discípulo.

La perseverancia en la quietud es la dinámica de la oración.

Cuando enfrentamos las distracciones y ansiedades superficiales el espíritu del discipulado comienza a madurar. A través de este trabajo de atención aumenta el autoconocimiento.

La meditación se revela como el camino más personificado y holístico de la oración. Sus efectos se sienten en toda la persona de la misma manera que las palabras del Evangelio se encarnan en la vida diaria.

La meditación es una jornada de despertar. Practicada en la fe, la percibimos como el camino oculto al interior del camino visible de la vida. Meditar es simplemente humano. Meditar como un cristiano es ver que, al descender al centro de nuestro ser, nos descubrimos en relación y en comunión con el Espíritu.

Laurence Freeman

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