Hoy ya no desayunarán en una casa rural en León, ni en un hotel en Santa Pola. Se levantarán atenazados quizá por la angustia...
Pero no dejarán de mirar a sus niños mientras les recitan las poesias del Dia del Padre o les dan ese portalápices de colores chillones, mientras intentan disimular quizá esa lagrima.
Ya son más de 800.000 las familias a las que la crisis ha dejado en paro a todos sus miembros. A ellas nuestro amor y solidaridad.
jueves, marzo 19, 2009
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