aromas de algas en mis cejas.
Aquí desearía
un oceano: en mi frente.
Algún gusto a sal en mi boca
y un meneo quedo de hojas de higuera
profundo en mis costillas.
Sobre mis cabellos,
reflejan todos los chisporroteos de la Era.
Desearía hoy -mejor-
ningún deseo en mi pecho:
un mostrador me espera.
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