sábado, junio 01, 2013

El mundo cotidiano de Spinoza y de la recién estrenada subjetividad protomoderna.

He llegado recientemente al libro "En Busca de Spinoza" de Antonio Damasio. Es muy interesante leer el sexto capítulo sobre su vida en clave humana y existencial: ponerse en su pellejo, hoy en día se sigue persiguiendo a gente en todo el mundo -también cerca de nosotr@s- por pensar diferente.

Me ha gustado visitar con google maps las casas donde vivió, por ejemplo la del 74 de la calle Paviljoensgracht en La Haya  que -todo sea dicho- en aquella época era un canal; un elemento de trasporte esencial para entender esta primera modernidad protoindustrial; como ya sabéis el mismo Benito (Baruch) Spinoza era tallador de lentes. Me lo puedo imaginar bajando y subiendo de la barca cargado de alguna caja con vidrios, algún archiperre de tallador y algún libro debajo del brazo, guardando el equilibrio mientras se baja tosiendo de la barca ya en la oscura noche de vuelta del centro de alguna tertulia con su grupo de amigos que no compartían entre ellos ninguna tradición religiosa (eran calvinistas, católicos, menonitas, judíos, cuáqueros)



Muy interesante la similitud de la casa pintada por Johannes Vermeer en su cuadro "La callejuela"  con la del propio Spinoza, cuadro que encabeza esta interesante selección de cuadros de interiores en el blog de Bárbara Rosillo Fairén para ilustrar cómo podría ser el día a día de Spinoza con la familia Van der Spijk que le tenía de inquilino y protegido.

Si estáis suscrit@s a Spotify podéis escuchar a Loeillet, un compositor de su época y entorno mientras revisáis el libro del que pudo ser su suegro exponiendo una utopía diseñada para el hoy estado de Delaware. Por desgracia para el autor, Fran van den Enden, no pudo ser porque murió en la orca por conspirador contra el rey de Francia; por desgracia para Spinoza porque la hija de van den Enden, que fue su profesora de latín, le rechazó precisamente por el que la llevaría a vivir a ella y a su díscolo padre a Francia. Si le hubiera rechazado en favor de Benito quizá la utopía de Nueva Holanda, ahora Delaware, habría prosperado y Spinoza figuraría en la historia de los USA, pero quizá no tendríamos la Ethica ordine geometrico demonstrata de Spinoza que sin duda le debió suponer un esfuerzo que quizá un hombre con responsabilidades familiares no hubiera podido afrontar.

Os invito a seguir los links que os dejo y sumergiros en este nodo del pasado que pudo trasformar el presente.