jueves, abril 30, 2009

Neuroeconomía y políticas públicas tutelares asimétricas

La neuroeconomía estudia las sinrazones de nuestro cerebro que nos llevan a tomar decisiones en contra de nuestras intenciones e intereses racionales. El por qué por ejemplo poniendo a dos sujetos experimentales ante juegos de ultimatum pueden llegar a elegir dejar de recibir cierto dinero con tal de que su compañero no se beneficie de una distribución injusta. O el por qué no dejamos hábitos poco saludables que sabemos que nos perjudican.

Estamos ante la dicotomía clásica entre el espíritu (o mejor: la razón) y la pasión, aunque ahora la neurociencia las ha localizado a la primera en el neocortex y la segunda en el sistema límbico, más antiguo evolutivamente.

Ahora las políticas de tutelaje asimétrico (como nos ha explicado el Dr. José Ramón Repullo) proponen utilizar técnicas que apelando al sistema límbico nos ayuden a tomar las decisiones correctas. Esto presupone una devaluación del concepto de ciudadano racional que se forjó en la Ilustración. En aquel entonces el recién inventando ateismo proponía abandonar las ilusiones de la existencia de un Dios o de un alma individual pero ofrecía a cambio el individuo libre y racional con poder de intervención política en el mundo.

Freud fue el primero en socavar este concepto de sujeto libre y racional con la introducción del subconsciente que distorsionaría nuestra toma de decisiones. Y ahora se va descubriendo el papel de los niveles cerebrales, inferiores evolutivamente, en nuestra conducta.

Desde la perspectiva integral entendemos que el individuo posee esta doble faz: la interior no material y la física, ambas sujetas a estadios evolutivos -además de estados-; y que además están condicionadas de forma decisiva por lo colectivo tanto tecno-económico como lo cultural intangible.

Y entendemos que la intervención de los poderes públicos sobre el nivel límbico de los ciudadanos -aunque sea con una buena intención de ayudarnos a tomar las decisiones mejores para nuestra salud- sólo debe permitirse después de haberlo sometido a debate y control popular y democrático. Vale: para eso están las instituciones del estado, ¿son suficiente? ¿las tenemos a punto?.

jueves, abril 16, 2009

La pretendida objetividad de la economía capitalista

Ahora parece que todo el mundo tiene claro que una de las principales razones de la crisis han sido la contaminación del sistema financiero por los activos tóxicos que han supuesto hipotecas dadas a individuos ninjas (no income, no job, no assets).

Esta afirmación supone que nos encontramos ante una serie de entidades objetivas (los ninjas, los activos tóxicos) que por culpa de algunos irresponsables brokers han desvirtuado el sistema bancario.

Pero hay que tener en cuenta que los que ahora son ninjas, personas con ingresos escasos trabajo precario y propiedades sin valor, pudieran no serlo hace un mes o dejar de serlo dentro de otro ya que todos los niveles de los parámetros mencionados (escaso, precario, sin valor) son totalmente relativos, sobre todo en un sistema económico cuyo nucleo, cuya médula, es el mercado de valores que no es ni más ni menos que un gran casino.

Así que por favor, menos hablar de los activos tóxicos y centremos nuestra atención en esta virtualidad de nuestro sistema económico y en el concepto de valor. Y sobre todo en impedir que se juegue al Monopoly con elementos básicos para la vida de la población como puedan ser los cereales o la vivienda.